La
progresista Dilma Rousseff logra la reelección como presidenta de
Brasil al vencer en segunda vuelta al conservador, Aéció Neves. La
mandataria obtuvo el 51,64% de los votos según los resultados oficiales, frente
al 48,36% del candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña
(PSDB).
Rousseff consiguió
apenas tres millones de votos más que Neves, una diferencia insignificante en
un país de 200 millones de habitantes, y gobernará hasta el 2018, encadenando
cuatro mandatos del Partido de los Trabajadores (PT), contando los dos de Luiz
Inácio Lula da Silva, que asumió el poder en el 2003. Serán dieciséis años de
gobiernos centroizquierdistas, una secuencia que Neves ha estado cerca de
evitar, pues ha sido la contienda más reñida de los últimos 25 años en Brasil,
como demuestran los ajustados resultados.
Con un discurso en
Brasilia, Rousseff celebró la victoria al lado de Lula y rodeada de
los presidentes de los nueve partidos de la coalición ganadora. Lo primero que
hizo fue agradecer el apoyo y el papel histórico de su predecesor. Entonces,
Lula se acercó, abrazó y besó efusivamente a la mandataria entre la euforia de
sus seguidores, que no tardaron en corear: "¡Corazón valiente!", uno
de los lemas con que se ha identificado a la candidata durante la
campaña.
La presidenta reelecta
se comprometió a "hacer los grandes cambios que la sociedad brasileña
exige", empezando por la reclamada y postergada reforma política. Rousseff
emplazó al fraccionado parlamento a legislar la reforma y someterla al
prometido plebiscito. Además, ratificó que la lucha contra la corrupción estará
entre sus prioridades, así como lograr la estabilidad económica y controlar la
inflación.
Por otra parte, la
mandataria descartó la idea de que "estas elecciones hayan dividido al
país por la mitad" y realizó un llamamiento a "unirnos a favor del
futuro de nuestra patria, de nuestro país y de nuestro pueblo".
Neves reconoció
rápidamente la derrota. El senador dijo en Belo Horizonte, ante sus seguidores,
que acababa de telefonear a Rousseff para desearle "suerte" y
expresarle que ahora "la mayor de todas las prioridades debe ser unir a
Brasil en torno de un proyecto honrado que dignifique a todos los
brasileños"
.